Muchos años después todavía sigue vigente el discurso.
Muchxs fueron los que no entendieron nada. Incluso yo mismo.
LOS POETAS CONTRA LOS POETAS dicen ahora los POETIKS.
Entonces nos pegamos Ben Clark y yo para denunciar que lxs poetas luchamos contra nosotrxs mismxs de una forma clara. Explícita.
Todas las opiniones y teorías las podéis encontrar aquí: http://www.poetaspesados.blogspot.com.es/
Lo que sucedió fue esto y fue:
Ganar aquel combate por pegar a otra persona fue desagradable. Los resortes que me movían en el combate nada tenían que ver con la victoria, ni siquiera con el valor, muchísimo menos con el odio a la poética del otro. El metal con el que estaban hechos los mecanismos de la trampa eran el miedo, el dolor, y la presión. No me vas a volver a pegar, te dices, aunque te tenga que noquear para ello.
Nada elevado en la violencia, imposible de descontextualizar la agresividad.
Una conclusión poco ética y erudita: No me volveré a pegar a no ser que sea por mucho dinero. Y a lxs poetas, y a las estructuras de poder intelectualoides que generan, que les den por el culo. Son patéticos.
Anécdota: el cinturón de campeón me lo dejé puesto sobre un maniquí blanco y desnudo de premamá en la sala Circo de Pulgas de Madrid. ¿?
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