En el marco del dispositivo "Por una belleza que interrumpe", el laboratorio abre un espacio en el que seguir “tejiendo”; planteado como una residencia que se abre para artistas interesados en la creación en colaboración; un espacio en el que compartirherramientas prácticas de creación y análisis, y en el que experimentar dinámicas entre lo común y lo singular.
El laboratorio toma como punto de partida la idea de lo escénico como lo que específicamente se ocupa de los modos de encuentro. Nos interrogamos acerca de la inercia desde la que podríamos estar entendiendo la idea de “participación” (del espectador, del ciudadano) y acerca de los modos de desplazar el centro de atención del artista-acción artística al acontecimiento ( entendido este como el espacio de co-presencia física, en situación de encuentro, entre artistas y público).
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