Hace dos años, me llama Jaime de la librería más carnicera de Valencia: SLAUGTHER HOUSE. Me dijo - tío, vamos a la Feria del Llibre de Valencia, junto con Odiseu Llibres y viene la peña del CSA La Tabacalera de Madrid y van a presentar sus libros y podías presentarlos tú, aparte estará la Ana Elena Pena y la Diana J. torres (pornoterrorista) ¿quéme dices?-
Coño, con estos ingredientes qué le voy a decir, que encantado. Me fui para allá y para presentar a lxs tabacalerxs me largue el DON´T SMOKE de Ginsberg (dificilísimo poema) megáfono en ristre y, entre esto y la anelena y la pornoterrorista haciendo de las suyas, la cinta trasportadora, una de ida otra de vuelta, en la que suelen ir montadxs lxs visitantes de la feria, descarriló por un momento y la liamos parda dentro y fuera de su caseta.
Qué tiempos, eran esos tiempos en los que Jaime, Jacobo y Ramón iban a la feria a vender libros y risas y sacar la caseta del casetero gremio de libreros (conocido hoy, gracias a la librería Ramón Llull que destaparon a sus cargos directivos, por ser un gremio opaco y corrupto como cualquier otro). Bueno, que se me pira. El asunto es que como yo no tengo libros propios pues les propuse regresar otro día y hacer una firma de libros (de cualquier libro que vendieran en su caseta, como una deferencia a sus clientes. El slogan decía: por un mundo en el que ningún lector se quede sin su libro dedicado.
Y lo que parecía algo absurdo funcionó de maravilla. No paré de firmar libros durante toda la tarde, fué agotador y bello y cercano, hasta llegaron ha guardar cola. Así que recordando, creo que este año volveré a la feria, pero esta vez con una mesa plegable y una silla plegable y me plegaré a firmar los libros de esas queridas bestias pardas para los poetas, lxs lectorxs.
Coño, con estos ingredientes qué le voy a decir, que encantado. Me fui para allá y para presentar a lxs tabacalerxs me largue el DON´T SMOKE de Ginsberg (dificilísimo poema) megáfono en ristre y, entre esto y la anelena y la pornoterrorista haciendo de las suyas, la cinta trasportadora, una de ida otra de vuelta, en la que suelen ir montadxs lxs visitantes de la feria, descarriló por un momento y la liamos parda dentro y fuera de su caseta.
Qué tiempos, eran esos tiempos en los que Jaime, Jacobo y Ramón iban a la feria a vender libros y risas y sacar la caseta del casetero gremio de libreros (conocido hoy, gracias a la librería Ramón Llull que destaparon a sus cargos directivos, por ser un gremio opaco y corrupto como cualquier otro). Bueno, que se me pira. El asunto es que como yo no tengo libros propios pues les propuse regresar otro día y hacer una firma de libros (de cualquier libro que vendieran en su caseta, como una deferencia a sus clientes. El slogan decía: por un mundo en el que ningún lector se quede sin su libro dedicado.
Y lo que parecía algo absurdo funcionó de maravilla. No paré de firmar libros durante toda la tarde, fué agotador y bello y cercano, hasta llegaron ha guardar cola. Así que recordando, creo que este año volveré a la feria, pero esta vez con una mesa plegable y una silla plegable y me plegaré a firmar los libros de esas queridas bestias pardas para los poetas, lxs lectorxs.
No hay comentarios:
Publicar un comentario